¿Listo para olvidarte del papeleo?
El notario es como el árbitro en una final: no está para animar a nadie, sino para asegurarse de que las reglas se cumplen. Da fe de lo que pasa, revisa que el contrato esté bien y que nadie esté haciendo trampas.
En otras palabras: sin notario, no hay firma. Punto.
Pero que no se te suba a la cabeza: el notario no es tu gestor personal (ojalá lo fuera). Hay cosas que no entran en su trabajo:
> No va a ir detrás del banco o del vendedor para conseguir papeles.
> No va a resolver los líos de última hora.
> No va a coordinar a toda la peña que interviene en la operación.
El notario da fe de lo que pasa ese día, pero si antes hay papeles incompletos o algún marrón pendiente, la firma se retrasa. Y tu cara de ilusión se convierte en un cuadro de “El Grito”. 😬
Entonces… ¿por qué necesitas apoyo fuera de la notaría? 🤝
Porque el día de la firma no es momento para improvisar. Si falta un papel, si el banco no ha enviado algo o si el registro no está actualizado… se para el show.
Ahí entramos nosotros: en Escrituralia nos aseguramos de que todo esté preparado para que el notario solo tenga que hacer lo suyo: poner su sello y decir “adelante”.
¿Quieres que todo salga redondo el día de la firma?
👉 En Escrituralia preparamos cada documento, coordinamos con bancos, vendedores y hasta el apuntador si hace falta. Tú solo vienes a firmar y a estrenar casa. 🎉